—¿A quién esperas?— Preguntó Flora con curiosidad.
— ¿Yo? A nadie, está todo en orden.— Le sonrió.
“No sabe mentir”
Flora frunció el ceño ante esa patética mentira e intentó presionarla.
— Tengo una idea, juguemos a verdad o consecuencia.
— ¿No pensas que estamos algo grandes para eso?
— Es que me encanta descubrir la verdad— Hizo referencia en la última palabra. Martha, no muy convencida, asintió.
— De acuerdo— Aceptó ella— ¿Verdad o consecuencia?
— Verdad— Respondió Flora, decidida a saber porque su amiga estaba tan ansiosa.
— ¿Te gusta Ruben o Miguel?— La pregunta la tomó por sorpresa, pero trató de ocultarlo.
— ¿De qué te enteraste? ¿A qué viene eso?
— Rubén es muy bueno, mucho mejor que Miguel— Martha sonrió y siguió, ignorando su pregunta— Y no lo digo solo porque es mi hermano.
— No me respondiste—Contestó con cierta furia.
— Es más, debería venir en unos minutos, no sé por qué es tan lento.
Flora se paró de su lugar, decidida a marcharse. Las piezas de su rompecabezas encajaban a la perfección: Martha no la invitó para pasar un tiempo con ella. Si su amiga la había invitado para que su hermano venga y se aproveche de la situación, estaba muy equivocada si creía que eso iba a suceder.
— Mándale mis saludos a Rubén.
— No tenes que irte, ¿Qué hay de mi?
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