Estoy a punto de morir y estoy aterrado y molesto conmigo mismo, pero ya es demasiado tarde. Mi hijo no está a mi lado, ni mi nieta. Pero no los culpo, los he cambiado por inanimadas monedas. Tantos años coleccionándolas me han hecho olvidar de la verdadera compañía pero como siempre, sé que ya es tarde.
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