viernes, 15 de abril de 2016

Día Domingo: Mentiras que salen a la luz.

Flora sintió que su paciencia desaparecía, en todos los 20 minutos que estuvo sentada junto a Martha en el sofá, la última mencionada se dedicó a observar su pequeño reloj de muñeca, como si ella no existiera.

—¿A quién esperas?— Preguntó Flora con curiosidad.

— ¿Yo? A nadie, está todo en orden.— Le sonrió.

“No sabe mentir” 

Flora frunció el ceño ante esa patética mentira e intentó presionarla.

— Tengo una idea, juguemos a verdad o consecuencia.

— ¿No pensas que estamos algo grandes para eso?

— Es que me encanta descubrir la verdad— Hizo referencia en la última palabra. Martha, no muy convencida, asintió. 

— De acuerdo— Aceptó ella— ¿Verdad o consecuencia?

— Verdad— Respondió Flora, decidida a saber porque su amiga estaba tan ansiosa.

— ¿Te gusta Ruben o Miguel?— La pregunta la tomó por sorpresa, pero trató de ocultarlo. 

— ¿De qué te enteraste? ¿A qué viene eso?

— Rubén es muy bueno, mucho mejor que Miguel— Martha sonrió y siguió, ignorando su pregunta— Y no lo digo solo porque es mi hermano.

— No me respondiste—Contestó con cierta furia. 

 — Es más, debería venir en unos minutos, no sé por qué es tan lento. 

Flora se paró de su lugar, decidida a marcharse. Las piezas de su rompecabezas encajaban a la perfección: Martha no la invitó para pasar un tiempo con ella. Si su amiga la había invitado para que su hermano venga y se aproveche de la situación, estaba muy equivocada si creía que eso iba a suceder. 

— Mándale mis saludos a Rubén.

— No tenes que irte, ¿Qué hay de mi?

— Seguro la pasaras bien con tu reloj, ya que es mucho mejor compañía que yo.— Y Flora salió despedida cual bala hacia la puerta, con la decisión de tener una cierta charla pendiente con Miguel.



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